martes, noviembre 21, 2006

16 de noviembre

“Tres vueltas en silencio y un deseo”. La petición será concedida si se realiza justo al pie del árbol monumental y, desde los bordes del día en que se celebra la fundación de la ciudad. Así establece la tradición y miles de cubanos, unidos a quienes no lo son, pero que no quieren desaprovechar la ocasión, lo hacen cada año.
Es la Villa de San Cristóbal de La Habana (nombre original de la ciudad) que celebra un cumpleaños y desde el primer minuto del 16 de noviembre comienza el ritual allí en El Templete, lugar donde a la sombra de una legendaria Ceiba se efectuó, según cuenta la tradición, el oficio religioso y el primer cabildo fundacional de la villa en 1519.

La Ceiba, el venerado árbol tiene una connotación y un simbolismo muy especiales en la vida de los cubanos. Ella no sabe idiomas o los sabe todos. Solo entiende el lenguaje del corazón. Con o sin oraciones, todos los hombres son sus hijos cuando van a ella. La Ceiba del Templete oye sentimientos cada 16 de noviembre, el único día del año que acepta confesiones. Las palabras se le meten por su tronco arrugado y gris. Palabras mudas que están en las manos, en las puntas de los dedos que se estiran para tocarla, en las palmadas que la saludan como si fuera un pariente, en los brazos que se aferran a ella y la abrazan, la besan.
Arabbá es la deidad africana que da vida a la savia del frondoso árbol, hermano menor del Iroko africano, árbol muy grande, de tronco cilíndrico cuya madera tiene un color que varía entre el pardo amarillento y el pardo oscuro; es venerado por los yorubas y muy considerado por su hidalguía, es por tanto Iroko, el árbol sagrado para los yoruba, los cuales reconocieron en la Ceiba su equivalente o hermano menor. Es considerado la mansión de todos los dioses, según nuestros ancestros de la madre patria africana quienes dejaron de verlo allá en las praderas del paradójicamente rico continente, cuando fueron arrancados de su suelo por los otros, hijos de la madre patria europea.
La tradición que se sigue está marcada por el sincretismo que impuso el encuentro caribeño de las culturas africana y española. Esta, la de las tres vueltas a la Ceiba del Templete está muy relacionada con las leyendas africanas de Iroko y las del orisha Aggayú Solá, unida a otra de origen español que consiste en levantarse temprano e ir a la Catedral a oír en silencio la llamada misa de los mudos.Frente a la Ceiba del Templete, allí en La Habana Vieja, Patrimonio de la Humanidad, han hecho fila reyes y reinas, presidentes, artistas y científicos, habaneros comunes y el Historiador de la Ciudad. Cada 15 de noviembre en la madrugada es el ritual.

La celebración se sustenta solo en las tradiciones porque la fundación de la villa se hace imprecisa por la cantidad de datos confusos que existen en torno a ello, por eso el acto público con que se celebra la fecha, hasta ahora no se ha probado lo contrario, está basado en una creencia popular y no en un hecho histórico concreto.
La Ceiba original estuvo sembrada al noroeste de la actual Plaza de Armas y para perpetuar el recuerdo de tal acontecimiento, el gobernador Francisco Cagigal de la Vega mandó a construir en 1754 una columna de tres caras que lleva en su base dos inscripciones, que aun hoy pueden leerse, en latín y en castellano, alusivas a la primera misa y cabildo.
A la extrema derecha está plantada también la Ceiba actual, la cual constituye un símbolo vivo del mundo vegetal, poseedora de un aura legendaria, y evoca la que dio origen a la construcción del monumento.
Hay mucho de tradición, algo de religiosidad y sí, cómo no, de historia también; pero sobre todo hay mucho de la fe del habanero en que logrará sus deseos y conseguirá un futuro cada vez mejor.
Démosle, pues, nuestras tres vueltas a la Ceiba y pidámosle ese deseo enorme que llena nuestros corazones.


martes, noviembre 14, 2006

Elegía de los zapaticos blancos


ELEGIA DE LOS ZAPATICOS BLANCOS

Vengo de allá de la ciénaga,
del redimido pantano.
Traigo un manojo de anécdotas
profundas, que se me entraron
por el tronco de la sangre
hasta la raíz del llanto.

Oídme la historia triste
de los zapaticos blancos...
Nemesia -flor carbonera-
creció con los pies descalzos.
¡Hasta rompía las piedras
con las piedras de sus callos!

Pero siempre tuvo el sueño
de unos zapaticos blancos.

Ya los creía imposibles.
¡Los veía tan lejanos!
Como aquel lucero azul
que en el crepúsculo vago
abría su flor celeste
sobre el dolor del pantano.

Un día, llegó a la ciénaga
algo nuevo, inesperado,
algo que llevó la luz
a los viejos bosques náufragos.

Era la Revolución,
era el sol de Fidel Castro,
era el camino triunfante
sobre el infierno de fango.
Eran las cooperativas
del carbón y del pescado.

Un asombro de monedas
en las carboneras manos,
en las manos pescadoras,
en todas, todas las manos.
Alba de letras y números
Sobre el carbón despuntando.

Una mañana...¡Qué gloria!
Nemesia salió cantando.
Llevaba en sus pies el triunfo
de sus zapaticos blancos.
Era la blanca derrota
de un pretérito descalzo.

¡Qué linda estaba el domingo
Nemesia con sus zapatos!
Pero el lunes... ¡despertó
bajo cien truenos de espanto!

Sobre su casa guajira
volaban furiosos pájaros.
Eran los aviones yanquis,
eran buitres mercenarios.

Nemesia vio caer muerta
a su madre. Vio
sangrando a sus hermanitos.
Vio un huracán de disparos
agujereando los lirios
de sus zapaticos blancos.

Gritaba trágicamente:
¡Malditos los mercenarios!
¡Ay, mis hermanos! ¡Ay, madre!
¡Ay, mis zapaticos blancos!

Acaso el monstruo se dijo:
Si las madres están dando
hijos libres y valientes,
que mueran bajo el espanto
de mis bombas. ¡Quién ha visto
carboneros con zapatos!

Pero Nemesia no llora.
Sabe que los milicianos
rompieron a los traidores
que a su madre asesinaron.

Sabe que nada en el mundo-
-ni yanquis ni mercenarios-
apagarán en la patria
este sol que está brillando,
para que todas las niñas
¡tengan zapaticos blancos!

Jesús Orta Ruiz (El Indio Naborí)

Romance de la niña mala


Un vecino del ingenio

dice que Dorita es mala,

para probarlo me cuenta

que es arisca y mal criada

y que cien veces al día

todo el batey la regaña.



Que a la hija de un colono,

le dio ayer una pedrada,

y que la del mayoral

le puso roja la cara,

quién sabe con qué razones

por nosotros ignoradas.



Que si la visten de limpio

al poco rato su bata

está rota o está sucia,

que anda siempre despeinada,

que no estudia la lección

y nunca sabe la tabla,

que el sábado y el domingo

se pierde en las guardarrayas

persiguiendo tomeguines

y recogiendo guayabas.



Y yo pregunto: “Vecino,

vecino de mala entraña,

¿quién puede decir que sea

por eso mi niña mala?.


Si hubieras visto lo íntimo

de su vida y de su alma

como lo ha visto el maestro

¡Qué diferente pensara…!


Verdad que siempre está ausente,

pero si viene no falta,

entre sus manitas breves

un ramo de rosas blancas

para poner al Martí

que tengo a mitad del aula.


Con quien no tenga merienda

parte a gusto su naranja;

si cantamos al salir

se oye su voz la más alta,

su voz que es limpia y alegre

como arpegio de guitarra.


Y cuando explico aritmética

le resulta tan abstracta

que de flores y banderas

me llena toda la página.


Y prefiere en los recreos,

cuando juegan a las casas,

jugar con Luisa: la única

niña negra de mi aula.

A veces le llama Luisa

y a veces le dice: ¡Hermana!.

Y cuentan los que la vieron

que en aquella tarde amarga

en que no vino el maestro

era la que más lloraba.



Cuando se premie el cariño

y lo rebelde del alma,

cuando se entienda la risa

y se le cante a la gracia,

cuando la justicia rompa

entre mi pueblo y su marcha

y el tierno botón de un niño

sea una flor en la esperanza,

habrá que poner al pecho

de mi niña una medalla

aunque el batey, malicioso,

me le dé tan mala fama,

y tú -mi pobre vecino-

no entiendas una palabra.


Raúl Ferrer


Los Primeros Poemas

... Luego de estos conocí otros muchos poemas ... pero éstos por ser los primeros y por aparacer así tan inesperadamente entre las páginas de mi libro de Lectura de la Primaria ... tienen para mi una importancia particular ... una fuerza extraña que me impulsa al recuerdo ...

El árbol nacional


La Palma Real, cuyo nombre científico es Roystonea Regia O.F. Cook, es reconocida por los cubanos como la reina de los campos, por la majestuosidad de su estructura, su peculiar talla, la utilidad que reporta y por ser, además, el más numeroso de los árboles de la Isla. Es un árbol erecto, de gran altura, coronado por un bellísimo penacho de hojas pinnatisectas. Se reconocen unas doce especies, distribuidas en el sur de La Florida y en las islas de las Antillas hasta Venezuela. La Real es solo una entre las 70 especies de palmas indígenas que embellecen el paisaje cubano. Si a esto se le suman unas 20 subespecies, se puede decir que Cuba tiene más de un centenar de palmas nativas y una cifra superior al 90 por ciento son endémicas del territorio nacional. Florecen y crecen sus frutos durante todo el año, los cuales son utilizados como alimento de los animales.

Ave Nacional


Pertenece a la Familia de los Trogónidos. Vulgarmente conocido como TOCORORO. Habita en las alturas, principalmente de la Sierra Maestra en la Provincia de Oriente, aunque también ha sido visto en las partes más altas de la Sierra del Escambray, en la Provincia de Santa Clara y con menor frecuencia en la Sierra de los Organos, Provincia de Pinar del Río.
NO PUEDE VIVIR EN CAUTIVERIO.
Se alimenta de frutos silvestres, principalmente de aguacatillo. Anida en los huecos de los troncos de los árboles. Debido a la brutal e indiscriminada tala de árboles, SE ENCUENTRA EN EXTREMO PELIGRO DE EXTINCION. Por sus colores blanco, azul y rojo, colores de la bandera cubana, fué escogido como "pájaro nacional".

Flor Nacional


La mariposa. Su nombre científico es Hedychium coronarium, de la familia de las Zingiberaceas. Oriunda de Vietnam. Devino símbolo de la flora cubana, pues fue empleada como una especie de clave entre las mujeres que participaron en las guerras liberadoras del siglo XIX. Tiene un exquisito perfume.

El Himno

Al combate corred bayameses:
que la patria os contempla orgullosa
no temáis una muerte gloriosa
que morir por la Patria es vivir
En cadenas vivir; es vivir

en afrenta y oprobio sumidos
del clarín escuchad el sonido
a las armas valientes corred



El 14 de Agosto de 1867 reunidos es casa de Figueredo, los patriotas Francisco Maceo Osorio y Francisco Vicente Aguilera, le pidió Maceo Osorio a Figueredo que compusiera un himno para la revolución emancipadora. Esa noche Pedro (Perucho) Figueredo compuso la música
El 8 de Mayo de 1868, Perucho Figueredo le entregó la marcha hecha a piano, al maestro de orquesta Manuel Muñoz, puesto que Figueredo no sabía instrumentar.
En la fiesta de Corpus Christi, con la aprobación del sacerdote Diego José, y en presencia de familias patriotas y frente al Gobernador español Udaeta y su séquito entre otros, se escuchó en la Iglesia Mayor y por primera vez en público La Bayamesa.
La revolución Independentista estaba a toda marcha, y el 20 de Octubre la ciudad de Bayamo cayó en mano de los Mambises, y esa mañana, el pueblo pudo escuchar en la Plaza la música y letra de La Bayamesa.
Aunque desde esa fecha La Bayamesa fue el himno de la guerra emancipadora, ninguna constitución en armas lo reconoció oficialmente como tal (ver en menú 2 Constituciones). Ni la Constitución adoptada en 1901 sin la dominación española y bajo la intervención norteamericana, para que Cuba obtuviera su independencia, avaló el Himno. No fue hasta la Constitución de 1940, cuando los constituyentes aprobaron como el Himno Nacional de Cuba, las primeras dos estrofas de La Bayamesa.
Como se puede deducir, la controversia se originaba por el fuerte contenido que tienen las otras rimas de la letra. Un gran por ciento de Mambises, eran descendientes directos de españoles.
La partitura y letra originales son una composición poética conformada por seis estrofas o cuartetas de veinticuatro versos, que transgreden el molde clásico de la redondilla. El autor se sirve de la polimetría, prescindiendo de estructuras métricas cerradas y de la rima tradicional. En las seis estrofas relaciona versos sueltos o libres (1’ y 4’ ) con los 2’ y 3’ de rima consonante. Coinciden fonéticamente: orgullosa/gloriosa; sumido/sonido; tirano/cubano; ido/sonido; caídos/vencidos; estampido/sonido (9). La quinta estrofa vincula la consonancia descrita con la rima interna, dada la coincidencia fonética de sonidos en el interior de la estrofa. Estos son: huestes/triunfantes/valientes. Los versos encabalgados en la segunda y tercera estrofas, comunican contención, ofreciendo intensidad de las emociones en su continuidad.


Al combate corred, bayameses,
que la patria os contempla orgullosa.
No temáis una muerte gloriosa,
que morir por la Patria es vivir.

En cadenas vivir, es vivir
en afrenta y oprobio sumido.
Del clarín escuchad el sonido.
¡A las armas valientes corred!

No temáis; los feroces iberos
son cobardes cual todo tiranono
resiste al brazo cubano
para siempre su imperio cayó.

Cuba libre; ya España murió
su poder y orgullo do es ido¡
Del clarín escuchad el sonido,
a las armas valientes corred! .

Contemplad nuestras huestes triunfantes
contempladlos a ellos caídos,
por cobardes huyeron vencidos
por valientes supimos triunfar.

¡Cuba libre! Podemos gritar
del cañón al terrible estampido¡
Del clarín escuchad el sonido,
a las armas valientes corred!

El Escudo

El escudo de armas de CUBA, fue invención del patriota cubano, nacido en Matanzas, provincia occidental de CUBA, Miguel Teurbe Tolón en 1849. El General Narciso López jefe del Gobierno Provincial de CUBA, lo adoptó utilizándolo para sellar los despachos y bonos emitidos durante los años 1850 y 1851.

Inicialmente el escudo cubano aportó elementos que más tarde fueron suprimidos por no considerarlos ajustables a los ideales del momento.

El 21 de abril de 1906: don Tomás Estrada Palma, ( primer presidente constitucional de Cuba ) a través de un Decreto, determinó cómo sería el segundo de los símbolos nacionales, el que a través de los anales de la historia, recordará siempre las glorias de ayer y la consagración de los grandes esfuerzas.

Este escudo tiene la forma de una adarga ojival, y está dividido hacia los dos tercios de su altura donde lo remata una línea horizontal. En su parte superior, la principal, se observa un mar a cuyos lados se ven dos porciones terrestres y una llave central con su palanca hacia abajo. Estos elementos simbolizan la importancia geográfica y política de CUBA. La llave representa la entrada del Golfo de México y las significaciones terrestres son de izquierda a derecha, el Cabo Sable en la Florida y el Cabo Catoche en México. Al fondo, el sol aparece semi-hundido en el horizonte, denotando su calor tropical.

El cuartel inferior izquierdo, representa la división de la Isla, o sea los Departamentos en que estaba dividida en esos mementos, representándolos con tres franjas azul turquí. Dos blancas, que exponen la pureza de sus patriotas, intercaladas entre las tres azules, cierran el contenido del compartimento.

En el cuartel inferior derecho se yerge una palma real como símbolo de la lozanía y fertilidad de su privilegiado suelo, así como haciendo la exposición de que ha sido el más útil de los árboles a través de la historia de dicho país. Al fondo, en su retaguardia, aparecen dos montañas. Y ligeros celajes enmarcan el paisaje.

A manera de soporte, un haz de varas, asomado por debajo del vértice dela ojiva y aparecido después por la parte superior y central del eje del escudo, aparece un gorro frigio en el que se incrusta una estrella pentagonal. El haz de leñas indica la unión de los cubanos; la estrella, la máxima expresión de libertad.

Termina la ornamentación del escudo, siempre visto de frente, de izquierda a derecha, con una rama de encina, que representa la paz, y otra de laurel, que representa la victoria ladeando el contorno del mismo.

El escudo, nacido, conjuntamente con la República, como ya hemos dicho, fue ratificado por la Constitución de 1940. Su diseño original se debió al patriota ya mencionado, Miguel Teurbe Tolón, salvo pequeñas modificaciones. Fue él, el que plásticamente, nutrido de impulsos patrióticos, diseñó un escudo para llevarlo primero en la vanguardia de un gesto hidalgo en una belicosa actitud, y más tarde en el estreno de la República.

La Bandera


Diseñada por el escritor, poeta y dibujante Miguel Teurbe Colón, según indicaciones del patriota Narciso López, fue izada por primera vez en 1850, en la ciudad de Cárdenas, por los miembros de la expedición libertaria de Narciso López. Adoptada como enseña nacional el 11 de abril de 1869 por la Asamblea Constituyente de Guáimaro (órgano independentista), presidió también las luchas de los mambises en la guerra de independencia de 1895-98. Sus tres listas azules representan los departamentos en los que se dividía la isla por entonces; las dos listas blancas, la fuerza del ideal independentista; el triángulo rojo, la igualdad, la fraternidad y la libertad y a su vez la sangre necesaria vertida en las luchas por la independencia, y la estrella blanca, solitaria, aparece como símbolo de absoluta libertad entre los demás pueblos.

Un Alto para los Símbolos Patrios


Un alto para los Símbolos Patrios!! ...

De un costado



La ciudad ... un poco de costado ... aquí no quedó muy fotogénica como siempre ... que extraño!!

sábado, noviembre 11, 2006

Fotogénico

viernes, noviembre 03, 2006

Luz


Todo un pueblo puede morir de luz como morir de peste.

Descanso