martes, enero 30, 2007

Inventario manuscrito

¨En La Habana he visto, bebido más que en parte alguna el alba, el alba hasta que salía el sol que me asustaba. Me llamaba, aún dormida me llamaba. En la Calle23 pegadita al suelo la veía por las entreabiertas persianas. El desvanecerse del azul, el clarificarse, la blancura celeste sobre el Morro. Y luego ya más visiblemente y con mayor libertad desde aquel minúsculo cuarto mío suspendido sobre la bahía, casi toda ella aparecida como una diosa sin sombra de pesar. ¨

María Zambrano, Carta a José Lezama Lima (1976)